El manejo adecuado de situaciones de riesgo de vida requiere conocimientos, aptitudes y destrezas que se obtienen con capacitación y entrenamiento. Podemos afirmar que existe en el país una inadecuada resolución de dichas situaciones. En la población adulta, se sabe que si una persona sufre un paro cardíaco, tiene cuatro veces más posibilidades de sobrevivir si es asistido por un testigo entrenado en maniobras básicas de RCP. En los niños mayores y en la población adulta, las lesiones son una causa importante de mortalidad y asegurar la calidad de la atención inicial del paciente politraumatizado debería ser una prioridad en salud, además de las campañas de prevención. En síntesis, el paro cardiorrespiratorio en la población puede ser influido en su evolución inmediata por testigos capacitados en maniobras de RCP y este entrenamiento puede considerase imprescindible.